Después, una ver transparada la puerta que da entrada al patio que forman los cuatro edificios de la manzana, a mano derecha encuentra uno la fila de los buzones de todos los vecinos. Ahora mismo están todos en un estado bastante lamentable porque están reformando completamente el edificio y los han de cambiar esta semana o la siguiente. De nuevo, busqué el buzón que ha de albergar mis futuras cartas, mis facturas y mi molesta propaganda. Esta vez no encontré ningún nombre, dado que mi buzón no tiene ni siquiera puerta!
Aún así, dentro de la maltrecha y oxidada estructura metálica de mi buzón desmembrado, un montón de cartas se amontonan desde un tiempo que no he alcanzado a calcular. Tomé algunas en la mano y las espié un poco para ver qué es lo que se podía averiguar a través de ellas. Todas está remitidas a nombre de Herr “Rudolph Cornelius”. Éste parece el típico nombre alemán de persona seria y mayor ... o acaso era un tipo jóven al que todo el mundo llamaba “Rudi”? Me empecé a preguntar qué es lo que habia sido del Sr. Cornelius y por qué se acumulan las cartas en el buzón de un piso en que ya no vive desde hace tiempo (al menos calculo que unos 10 meses o así).
No le dí mucha importancia hasta que el otro día, estando en la bañera, volví a pensar en ello ... quién narices es Rudolph Cornelius??? Está vivo o muerto? En el segundo caso, cómo murió? Y dónde? Qué edad tendría al abandonar el piso? Era el dueño de mi piso o sólo un inquilino? Estaría casado? Tendría hijos? En qué trabajaría? Cuánto tiempo vivió en el que hoy en día ya es MI piso? Fué feliz allí? ...
Consideré la posibilidad de “robar” todas esas cartas (algunas escritas a mano, otras a máquina) que se amontonan en el viejo y decrépito buzón, abrirlas, leerlas, e intentarme hacer una idea de la historia que rodea a “Rudi” a partir de lo que pudiera extraer de ellas... pero la correspondencia es una cosa muy privada y muy personal.... Aunque, también eran privadas las cartas de Lady Di a sus amantes y se subastan por una pasta. Se podría acaso considerar éstas a Rudi como parte del piso? Al adquirir la vivienda, me corresponde el derecho de hacerme con ellas???? Porque quién mejor que yo? Ehhh????
He pensado en que, dado que este señor aparentemente ya no vive allí desde hace mucho tiempo y que por lo visto no hay una dirección a la que poder enviarlas, esas cartas probablemente se perderán en un cubo de basura cuando los operarios cambien los buzones en los próximos días ... y entonces siempre me quedaré con las ganas de saber quién es o fué el Señor Cornellius y si quizás murió en el piso que ahora yo he comprado. Es probable, ya que se trata de un inmueble bastante antiguo, habitado en gran parte por personas de avanzada edad. Muchos de esos pisos, según me contó el vendedor, se van poniendo a la venta a medida que los inquilinos van ingresando en residencias de la tercera edad o incluso haciéndose orticultores (por aquello de “criar malvas”).
Desde hace un par de días, momento en que empecé a darle vueltas a la cabeza a aquel comentario del vendedor, me pica más y más la curiosidad por conocer un poco de la vida de este señor. Quizás murió en mi casa y algún día se me aparece su fantasma .... joder, si encima te asustan por la noche en alemán, el resultado puede ser mortal de necesidad ... Joder, a ver si voy a tener un fantasma bávaro y se me presenta de madrugada vestido de tirolés!
De modo que, dado que parece que la mayoría de vosotros tenéis una imaginación portentosa, he decidido pediros a cada uno de vosotros vuestra propia visión de la historia y me quedaré con la que más me guste ... Venga, la imaginación al poder!!!!
No sé que podría pasarle, pero para saber si está vivo o muerto invoca su nombre cinco veces ante el espejo del baño, a media noche. Si está muerto se te aparecerá...