viernes, 15 de junio de 2007
El lugar donde nací

Se supone que hay una serie de hechos, pautas o experiencias con las que también se supone que uno/a tiene que cumplir antes de que llegue El de la Guadaña. De todos es conocido lo de “escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo...” incluso lo de montar en globo.

En mi caso creo que El de la Guadaña me echará la bronca al hacer inventario; creo que una vez, de pequeña, planté una especie de esqueje en una excursión con el cole. Lo de escribir un libro lo dejamos por muuuy improblable (las mismas que de publicar un disco). Y sobre lo de tener hijos mejor casi ni hablamos.

Creo, sin embargo, que hay muchas otras experiencias por las que se supone que uno debería pasar en la vida. Siempre he dicho que todo el mundo debería vivir una temporadita sólo: sin padres, ni pareja, ni amigos ... sólo y sin el apoyo de unas condiciones “top”. Ello nos ayudaría después a valorar mejor lo que tenemos.

Yo tenía hasta la semana pasada la asignatura pendiente de hacerlo en un coche. Sí, ya sé que es extraño, pero es cierto. Siempre he tenido un sitio mejor donde decidarme a semejantes actividades privadas. Pero el miércoles pasado no se daban las mismas condiciones y tuvimos que conformarnos con un vehículo tractor. Si bien un amplio Audi no nos provoca los mismos dolores de espalda que el famoso “Simca 1000” de Los Inhumanos, la verdad es que no es precisamente mi ideal de romanticismo (más aún teniendo en cuenta el lugar en el que estaba aparcado). Pero mira, es una experiencia ... y desde entonces mis dolores de espalda y yo apreciamos mucho más las bondades de una cama de matrimonio.

Eso sí, habría que procurar que en las inmediaciones de esa cama no no haya ningún aparato receptor de televisión, radio, etc ... sobre todo teniendo en cuenta que durante algunos fines de semana uno puede ocupar toooodo el tiempo de retransmisión deportiva en retransmisión deportiva ... y claro, dicen que donde hay patrón, no manda marinero. Supongo que es una cuestión de prioridades, pero casi prefiero no pensarlo. Y es que dicen también que las comparaciones son odiosas. Sí, sobre todo para el que pierde.

En cualquier caso, mereció la pena una nueva excursión a Madrid. Últimamente parece que paso más tiempo allí que en casa (al menos la ciudad donde está mi propia casa). No es que, como dicen algunos de mis amigos, me esté planteando la vuelta. Es simplemente que últimamente necesito algo de emoción en mi vida, y parece que esa adrenalina la consigo en Madrid. En cuatro días he hecho tantas cosas y he visto a tanta gente, que al volver parecía que hubiera estado fuera un mes.

Al menos sirve para continuar la terapia de reencuentro que tenemos pendiente Madrid y yo. Y además, gracias a mis amigos allí, estoy conociendo un montón de cosas y sitios maravillosos que no me dejan tan fría como cuando veía antes mi ciudad desde la distancia. De todas maneras, una parte muy importante de las ciudades la constituyen sus habitantes. Y yo soy infiel, y me enamoro cada dia de dos ciudades .... ay, qué solución tiene ésto? Me entenderá el de la Guadaña cuando venga a buscarme?

Por cierto, esto lo escribo mientras escucho “El lugar donde nací” de La Musicalité ... muy propio.

 
posted by Rita Peich at 6/15/2007 01:49:00 a. m. | Permalink |


5 Comments:


  • At 6/18/2007 11:02 a. m., Anonymous Anónimo

    ...me gusta esta motivación, te hace volver a escribir en tu estilo.

    bsos.
    ferran

     
  • At 6/18/2007 11:43 p. m., Anonymous Anónimo

    Y que mas da lo que piense el de la guadaña????

    Yo creo que con estar contento uno mismo....

     
  • At 6/19/2007 10:19 a. m., Blogger Callista Floja

    Bueno, después de lo leido, sólo te falta tener pareja y convivir con ella.

     
  • At 6/20/2007 3:04 p. m., Blogger pringaillo

    Mmm vaya! en el coche jejej. Otra cosa más que me queda por probar.

     
  • At 6/25/2007 6:11 p. m., Blogger Mocho

    Lo del coche es horrible. Desde que inventaron los asientos anatómicos que recogen el cuerpo ya no hay manera de que quede todo plano.

    Y siempre molestan la palanca de cambios y el freno de mano.

    ¡¡¡así que follando en los coches!!!

    Warrillaaaaaaaaa

    (así conocí yo a mi tx, por cierto, y ya va pa cinco años)